08 y 09 de Marzo

Dimension Profetica

Desde el primer momento, la presencia de Dios fue palpable. Con cada oración, canción y palabra declarada, nos unimos para proclamar vida sobre nuestras familias, comunidades y caminos personales. Se sentía claramente que el cielo se había acercado.

Uno de los momentos más impactantes fueron los testimonios — historias compartidas por corazones transformados por el aliento de Dios. Personas testificaron cómo Dios sopló nueva vida en lugares secos: matrimonios restaurados, llamados reavivados, esperanzas renacidas. No eran solo relatos, sino evidencia viva del poder de Dios en acción.

La sanidad se manifestó de muchas maneras a lo largo de la conferencia. Algunos experimentaron sanidad física, testificando que el dolor desapareció, la movilidad fue restaurada y los diagnósticos médicos fueron revertidos. Otros compartieron sanidad emocional y espiritual — cargas levantadas, perdón liberado y cadenas de ansiedad y depresión rotas. Verdaderamente, el aliento de Dios trajo plenitud.

Al adorar, orar y declarar vida juntos, fuimos testigos de cómo Dios se mueve cuando Su pueblo se alinea con Sus promesas. Fue un recordatorio de que cuando hablamos vida e inhalamos Su Espíritu, la transformación es inevitable.

Salimos de esta conferencia renovados, avivados y listos para llevar este aliento de vida a cada rincón de nuestras vidas. Lo que comenzó en el santuario, ahora se convierte en un movimiento de vida, sanidad y testimonio de la bondad de nuestro Dios.

¡A Dios sea la gloria — por las grandes cosas que ha hecho!

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